¿Alguna vez te ha pasado que, de tanto conversar con tu compañero de labores, terminaron siendo más que amigos? No eres el único. Esta historia es común en casi todas las personas. La psicóloga Karina Lostaunau nos explica cuán beneficioso o perjudicial pueden ser dichas relaciones.
“La mayoría de la gente no sabe poner el límite entre la vida personal y laboral. Por lo tanto, es preferible evitar estos romances ya que, ante una pelea o rompimiento, el trabajo se ve afectado, la productividad disminuye y la comunicación se corta. Así, será difícil que ambos trabajen en equipo”, remarca.
LO MALO. Además, si una de las partes tiene un puesto más alto, surgirán las especulaciones entre el personal: si es por amor o por interés, si hay favoritismo, entre otras cosas, generando incomodidad para la pareja.
Otra desventaja, indica la especialista, es que si eres de las personas que se aburren fácilmente, el romance no durará mucho, los temas de conversación serán iguales y, pronto, la relación caerá en la rutina. Además, si uno de los dos es inseguro, los celos estarán a la orden del día o es probable que te vuelvas dependiente de tu pareja. Y si eres muy competitivo y tu enamorado(a) tiene un mejor desempeño, tendrán dificultades a nivel personal.
LO BUENO. Sin embargo, Lostaunau también señala las cosas positivas de una relación de esta naturaleza. “Te sientes más motivado, quieres impresionar a tu pareja y haces las cosas mejor. Afrontas mejor los problemas y el estrés laboral porque ves un apoyo en ella. El verse todos los días y pasar mucho tiempo juntos contribuirá a consolidar la relación, llevarla a otro nivel”, opina.
Si, finalmente, decidiste pasar de una aventura a algo más serio, lo más probable es que tus compañeros dejen de atormentarlos y la relación sea bien vista.
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