Frases día del trabajador - Frases cortas

  • Nadie puede llegar a la cima armado sólo de talento. Dios da el talento; el trabajo transforma el talento en genio.
  • El trabajo es lo más divertido, podríamos pasarnos horas observándolo.
  • Nunca la persona llega a tal grado de perfección como cuando llena un impreso de solicitud de trabajo.
  • Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama.
  • No basta trabajar, es preciso agotarse todos los días en el trabajo.
  • Obró mucho el que nada dejó para mañana.
  • La oxidación por falta de uso gasta mucho más las herramientas que el propio trabajo.
  • El trabajo ayuda siempre, puesto que trabajar no es realizar lo que uno imaginaba, sino descubrir lo que uno tiene dentro.
  • Para trabajar basta estar convencido de una cosa: que trabajar es menos aburrido que divertirse.
  • Encuentra la felicidad en el trabajo o no serás feliz.
  • Trabaja en impedir delitos para no necesitar castigos.
  • Una máquina puede hacer el trabajo de 50 hombres corrientes. Pero no existe ninguna máquina que pueda hacer el trabajo de un hombre extraordinario.
  • Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse.
  • Mira si será malo el trabajo, que deben pagarte para que lo hagas.
  • Siempre que te pregunten si puedes hacer un trabajo, contesta que sí y ponte enseguida a aprender como se hace.
  • El trabajo sin prisa es el mayor descanso para el organismo.
  • No es el trabajo lo que envilece, sino la ociocidad.
  • Mi padre siempre me decía: encuentra un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar un solo día de tu vida.
  • Cuando he estado trabajando todo el día, un buen atardecer me sale al encuentro.
  • Si quiere trabajadores creativos, dales tiempo suficiente para jugar.
  • La recompensa del trabajo bien hecho es la oportunidad de hacer más trabajo bien hecho.
  • No aprovechan los trabajos si no han de enseñarnos algo.
  • No me gusta el trabajo, a nadie le gusta; pero me gusta que, en el trabajo, tenga la ocasión de descubrirme a mí mismo.
  • El genio comienza las grandes obras, pero sólo el trabajo las acaba.
  • Me gusta y me fascina el trabajo. Podría estar sentado horas y horas mirando a otros cómo trabajan.
  • Amar a la vida a través del trabajo, es intimar con el más recóndito secreto de la vida.
  • Trabajar con amor es construir una casa con cariño, como si vuestro ser amado fuera a habitar en esa casa.
  • El trabajo es el único capital no sujeto a quiebras.
  • Estamos rodeados de artilugios destinados a ahorrar trabajo y, sin embargo, disponemos de muy escaso ocio auténtico.
  • La esclavitud no se abolió, se cambió a 8 horas diarias.
  • Días de trabajo, únicos días en los que he vivido.
  • El trabajo y la lucha llaman siempre a los mejores.
  • No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.
  • Lo que importa es cuanto amor ponemos en el trabajo que realizamos.
  • Cuando aspiras a alcanzar el puesto más alto, recuerda que es honorable la segunda, o tercera posición.
  • Algo malo debe tener el trabajo, o los ricos ya lo habrían acaparado.
  • El trabajo consiste en lo que un organismo está obligado a hacer; el juego consiste en lo que un organismo no está obligado a hacer.
  • Sólo los necios se encuentran satisfechos y confiados con la calidad de su trabajo.
  • Trabajo deprisa para vivir despacio.
  • Si no queréis trabajar, necesitáis trabajar para ganar suficiente dinero para no trabajar más.
  • El trabajo es el refugio de los que no tienen nada que hacer.
  • El perezoso considera suerte el éxito del trabajador.
  • Nadie es más que otro si no hace más que otro.
  • El trabajo hecho con gusto y con amor, siempre es una creación original y única.
  • Algunos dicen que el trabajo duro no ha matado a nadie, pero yo me digo ¿Por qué arriesgarse?.
  • Si encomiendas a un hombre más de lo que puede buenamente hacer, lo hará. Si solamente le encomiendas lo que buenamente puede hacer, no lo hará.
  • Nadie que esté entusiasmado con su trabajo puede temer nada de la vida.
  • Trabaja en algo, para que el diablo te encuentre siempre ocupado.
  • Soy gran creyente en la suerte, y he descubierto que mientras más duro trabajo, más suerte tengo.
  • Cuando el hombre ya no encuentra placer en su trabajo y trabaja sólo por alcanzar sus placeres lo antes posible, entonces sólo será casualidad que no se convierta en delincuente.
  • Puede considerarse bienaventurado y no pedir mayor felicidad el hombre que ha encontrado su trabajo.
  • El trabajo endulza siempre la vida, pero los dulces no le gustan a todo el mundo.
  • El trabajo más productivo es el que sale de las manos de un hombre contento.
  • Lo más triste es que la única cosa que se puede hacer durante ocho horas al día es trabajar.
  • Lo que llaman talento no es más que un arduo y continuo trabajo realizado correctamente.
  • El trabajo es una invasión de nuestra privacidad.

Dia del trabajador 1 de Mayo - Historia

Mayo es un mes marcado por una historia, una tradición de lucha que arrancó un primero de mayo de 1886 allá en Chicago, cuando un grupo de trabajadores organizó una movilización popular en reclamo de la jornada de ocho horas en una época en que lo “natural” era trabajar entre 12 y 16 horas por día. La mayor democracia del mundo respondió brutalmente y, fraguando un atentado, encarceló a un grupo de militantes populares en los que intentó escarmentar a toda la clase trabajadora de los Estados Unidos y por qué no, de todo el mundo. Tras un proceso plagado de irregularidades, fueron detenidos los dirigentes anarquistas Adolph Fisher, Augusto Spies, Albert Parsons, George Engel, Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe. Los cuatro primeros fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887. Lingg prefirió suicidarse con una bomba que él mismo había preparado en la cárcel antes de padecer la “justicia del sistema”. 

Miguel Schwab y Samuel Fielden fueron condenados a prisión perpetua y Oscar Neebe a 15 años cárcel. Miguel Schawb dijo al escuchar su condena que reconocía a aquel tribunal ninguna autoridad y que su lucha y la de sus compañeros era de una justicia tan evidente que no había nada que demostrar y que ellos luchaban por las 8 horas de trabajo pero que: “Cuatro horas de trabajo por día serían suficientes para producir todo lo necesario para una vida confortable, con arreglo a las estadísticas. Sobraría, pues, tiempo para dedicarse a las ciencias y el arte". 

Porque, claro, las ciencias y el arte deben ser para todos. Pasaron 109 años de aquellos crímenes de Chicago y pasó mucha agua y mucha sangre bajo el puente. Los obreros de todo el mundo eligieron el primero de mayo como jornada de lucha, de recuerdo de sus compañeros y de lucha por sus derechos, de ratificación de su condición de ciudadanos libres, con plenos derechos, según decían las propias constituciones burguesas que regían la mayoría de los Estados modernos. En nuestro país cada primero de mayo nuestros trabajadores tomaron las calles desafiando al poder, recordándole que existían y que no se resignarían a ser una parte del engranaje productivo. La lucha logró la reducción de la jornada laboral, las leyes sociales y la dignificación del trabajador. 

El poder se sintió afectado y en cada contraofensiva cívico-militar como las del 55; 62; 66; 76 y 89 (esta vez a través del voto), pretendieron y en ocasiones lo lograron, arrasar con las históricas conquistas del movimiento obrero. Persecuciones salvajes, secuestros, torturas y desapariciones, durante los gobiernos golpistas, amenazas de despidos, rebajas salariales, precarización laboral y la complicidad de algunos dirigentes sindicales, son en los últimos años las armas del poder para mantener y aumentar su tasa de ganancia a costa del sudor ajeno. Un incendio, un “accidente” en un taller textil puso a la vista de una sociedad que tiene una cierta tendencia a la mirada para otro lado: hay esclavos en el siglo XXI, y los hay acá, en Argentina. 

Trabajadores esclavos, sin derechos pero con muchas obligaciones. El capitalismo salvaje, para algunos una redundancia, nos extorsiona: quieren ropa más barata, éste es el precio. La realidad es otra, márgenes de ganancia escandalosos, avaricia sin límites, un Estado que hace la vista gorda, pero sobre todo la pérdida de valores básicos como la solidaridad, abonada en los 90, épocas hasta donde las leyes que protegían a los trabajadores se volvían  tan “flexibles” como inflexibles se volvían las leyes que garantizaban el enriquecimiento ilícito de los funcionarios a los que se les pagaba sueldos y sobresueldos con la excusa de defender los derechos de los ciudadanos e inflexibles se volvían las seguridades jurídicas que, como sabemos, sólo son para los dueños del poder y las cosas. 

La esclavitud debe dolernos a todos, debemos volver a aquel humanismo que supimos conseguir, a dolernos y solidarizarnos con los más desprotegidos, aquel humanismo que proclamaba el Libertador San Martín cuando abolía la esclavitud en el Perú un 12 de agosto de 1821: “Una porción numerosa de nuestra especie ha sido hasta hoy mirada como un efecto permutable, y sujeto a los cálculos de un tráfico criminal: los hombres han comprado a los hombres, y no se han avergonzado de degradar la familia a la que pertenecen vendiéndose unos a otros. Las instituciones de los pueblos bárbaros han establecido el derecho de propiedad en contravención al más augusto que la naturaleza ha concedido.”