A mi amada Julieta.
He aquí Romeo de corazón afligido, escribe esta ultima carta a ti, amada Julieta, y es que hoy se cumple un año de ausencia tuya, y muerto yo, así respiro para escribirte de mis recuerdos, que yo supe de tu vida cuando eras mía, y eran tiempos tuyos mis tiempos de sonrisas fieles, miradas tiernas y caricias ávidas que guiaban pasos tuyos, pasos míos, pasos nuestros...
Recuerdo tus besos que en mi frente posabas, huellas indelebles de labios rojos, de un dueño enamorado, besos que tengo aún de ti amada mía, algo muy tuyo esos besos que quedó en mi mente, en mi frente; y cerrando mis ojos fallecidos, logro ver tu piel de lienzo, frágil como aquellas rosas que adornabas con tu belleza, y tú, vestida del sol dorado, inocuo retrato tuyo en esta mente mía.
Tú que dibujaste al amor brotando de un corazón hoy agrietado en el tiempo inmortal; tus deseos fueron diluidos en aquella fuente iluminada donde juramos amor eterno, y mis deseos; palabras sencillas que escapadas de la imaginación, ya duermen en tus manos vivas; dejando historia a mi lúgubre alma.
Hoy, por la tarde, estuve donde quedó tu cuerpo en total descanso, flores secas y marchitas huyeron al verme; tu nombre y fechas, olvidados y halladas con dolor, fueron compañía de la caterva silenciosa, y tu silencio fue clamor de vida; esa tarde, oré por ti, por nuestro futuro encuentro.
Pienso en ti acongojado y desvelando mis noches muertas, odiando la felonía del destino que hizo perecer al amor mío, dejando un cuerpo desolado, de lágrimas imperceptibles y llantos internos, destino que impidió un enlace ya hecho y que solo dejo tristeza, aros sin dueños, traje lucido y vestido de alborada.
Desde que la muerte me robo a ti, mi ser ha oscurecido, en espera del final por el duelo impuesto por la muerte, y llegará el día para verle el rostro y mostrarle el luto dejado en esta vida entera, y será ese día en que podré verte amada mía, es por eso esta carta para ultimar tu espera antes de mi partida, para por fin unirme a ti Julieta, amada mía...
Siendo aún tuyo mi amor.
Romeo.
He aquí Romeo de corazón afligido, escribe esta ultima carta a ti, amada Julieta, y es que hoy se cumple un año de ausencia tuya, y muerto yo, así respiro para escribirte de mis recuerdos, que yo supe de tu vida cuando eras mía, y eran tiempos tuyos mis tiempos de sonrisas fieles, miradas tiernas y caricias ávidas que guiaban pasos tuyos, pasos míos, pasos nuestros...
Recuerdo tus besos que en mi frente posabas, huellas indelebles de labios rojos, de un dueño enamorado, besos que tengo aún de ti amada mía, algo muy tuyo esos besos que quedó en mi mente, en mi frente; y cerrando mis ojos fallecidos, logro ver tu piel de lienzo, frágil como aquellas rosas que adornabas con tu belleza, y tú, vestida del sol dorado, inocuo retrato tuyo en esta mente mía.
Tú que dibujaste al amor brotando de un corazón hoy agrietado en el tiempo inmortal; tus deseos fueron diluidos en aquella fuente iluminada donde juramos amor eterno, y mis deseos; palabras sencillas que escapadas de la imaginación, ya duermen en tus manos vivas; dejando historia a mi lúgubre alma.
Hoy, por la tarde, estuve donde quedó tu cuerpo en total descanso, flores secas y marchitas huyeron al verme; tu nombre y fechas, olvidados y halladas con dolor, fueron compañía de la caterva silenciosa, y tu silencio fue clamor de vida; esa tarde, oré por ti, por nuestro futuro encuentro.
Pienso en ti acongojado y desvelando mis noches muertas, odiando la felonía del destino que hizo perecer al amor mío, dejando un cuerpo desolado, de lágrimas imperceptibles y llantos internos, destino que impidió un enlace ya hecho y que solo dejo tristeza, aros sin dueños, traje lucido y vestido de alborada.
Desde que la muerte me robo a ti, mi ser ha oscurecido, en espera del final por el duelo impuesto por la muerte, y llegará el día para verle el rostro y mostrarle el luto dejado en esta vida entera, y será ese día en que podré verte amada mía, es por eso esta carta para ultimar tu espera antes de mi partida, para por fin unirme a ti Julieta, amada mía...
Siendo aún tuyo mi amor.
Romeo.
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