Dame niña hermosa, lo mejor de tus sonrisas,
la dulzura de tu encanto y el tesoro de tu corazón.
Yo a cambio, no te daré muchas cosas, no joyas ni palacios,
no ríos de fortuna sino más bien algo sencillo y humilde
pero que guardo con cuidado en un cofre de madera ,
que lo labré con mi dedicación, mi esfuerzo y trabajo,
y que lo estaba cuidando para ti.
No tiene valor, que sí quieres lo puedes dar tú.
Ese cofre es sencillo, te lo daré para ti.
Y lo que allí encuentres
si te puedo asegurar que tiene mucha vida .
Y además, sabe tu nombre
porque lleva canción esta voz interior,
porque repite siempre tu nombre bendito que clama por ti.
Y ese es mi ofrenda, tan simple y tan real,
tan directo y con tanta vida en ese cofre de madera.
Y en ese cofre, te entrego mi corazón.
Pintura y Poesía de:
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