No comentes palabra ninguna,
no seas insensato.
Pero por más que le diga,
el corazón no me hizo caso.
Y el más bien se puso a gritar,
y más bien se puso a vociferar
y, con todo lo que podía.
El corazón como quien
ha perdido la razón,
no paraba ya de hablar.
Y pasó aquel día.
y pasó aquella noche,
y los próximos días,
hasta que un día aquel corazón
no hizo más que callar,
y calló por siempre.
Y nunca más se le escuchó su voz,
y eso que yo le advertí
pero él no me escuchó.
Levanta tu voz, ¡Oh, corazón!
para solo quien a ti te responde
porque corazón si la hablas frente a frente
y tan cerca como si no hubiese distancia,
no te va a escuchar .
Y morirás ahogado en tu propia voz
y en el silencio de un amor
que nunca supo corresponder tu voz.
..
Escrito:
Oscar Basurto Carbonell
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