¿Has tenido una primera cita hace unos días y todavía no te ha llamado? ¿No sabes si algo fue mal? Analizamos los problemas más comunes y encontramos la manera idónea de enfrentarse a ellos.
Problema 1.¿Me visto para él o para mí?
La duda: La sabiduría popular dice que las mujeres nos vestimos más para ser juzgadas por otras mujeres que por los hombres y que a una primera cita debemos vestir sexys. Pero, ¿realmente funciona y, sobretodo, nos funciona a nosotras y nos hace sentir bien?
El consejo: Debemos cambiar nuestro planteamiento. Más que pensar para quién nos vamos a arreglar debemos pensar en el mensaje que vamos a dar. Por ejemplo, si te vistes sexy, nos sólo transmites que le quieres gustar físicamente sino también que no te importa ser lanzada y que no tienes ningún prejuicio con el sexo. Sin embargo, si te vistes natural, el mensaje que envías es que te gusta mostrarte tal y como eres, sin poner demasiado énfasis en atraerle físicamente. Por ello, dependiendo del tipo de primera cita que quieras o del tipo de hombre con el que has quedado, será más conveniente un estilo u otro.
Problema 2. ¿De qué hablo en una primera cita?
La duda: ¿Quién no ha soltado más de una anécdota de la infancia poco acertada o a tartamudeado por los nervios en una primera cita?
El consejo: Lo mejor que puedes hacer en una primera cita es controlar los nervios para no hablar sin parar. Debes ser natural y no actuar siguiendo las que crees que son sus expectativas. Relájate y habla de lo que quieras, aunque también puedes tratar de buscar los temas que os llevan a un punto en común, intenta concocerle (aunque sin pasarte de cotilla) y evita hablar de los aspectos negativos en la primera cita.
Problema 3. ¿SMS o no, ésa es la cuestión?
La duda: ¿han pasado unos días y no te ha llamado? La incertidumbre nos reconcome y se plantea el eterno dilema tras una primera cita: hacernos las duras y no llamar o salir de dudas y mandarle un SMS o hacer una llamada. Pero ahí están nuestros miedos: dar la imagen de que estamos desesperadas, parecer pesadas o, más duro aún, sentirnos rechazadas.
El consejo: La clave está en tener confianza en ti misma y no obsesionarse con el chico en cuestión tras una primera cita. Si tienes la necesidad de saber qué pasa ¡Llámale! Y si sale mal... pues ya lo dice el refrán: "Más vale ponerse roja un minúto que quedarse morada durante días".
Problema 1.¿Me visto para él o para mí?
La duda: La sabiduría popular dice que las mujeres nos vestimos más para ser juzgadas por otras mujeres que por los hombres y que a una primera cita debemos vestir sexys. Pero, ¿realmente funciona y, sobretodo, nos funciona a nosotras y nos hace sentir bien?
El consejo: Debemos cambiar nuestro planteamiento. Más que pensar para quién nos vamos a arreglar debemos pensar en el mensaje que vamos a dar. Por ejemplo, si te vistes sexy, nos sólo transmites que le quieres gustar físicamente sino también que no te importa ser lanzada y que no tienes ningún prejuicio con el sexo. Sin embargo, si te vistes natural, el mensaje que envías es que te gusta mostrarte tal y como eres, sin poner demasiado énfasis en atraerle físicamente. Por ello, dependiendo del tipo de primera cita que quieras o del tipo de hombre con el que has quedado, será más conveniente un estilo u otro.
Problema 2. ¿De qué hablo en una primera cita?
La duda: ¿Quién no ha soltado más de una anécdota de la infancia poco acertada o a tartamudeado por los nervios en una primera cita?
El consejo: Lo mejor que puedes hacer en una primera cita es controlar los nervios para no hablar sin parar. Debes ser natural y no actuar siguiendo las que crees que son sus expectativas. Relájate y habla de lo que quieras, aunque también puedes tratar de buscar los temas que os llevan a un punto en común, intenta concocerle (aunque sin pasarte de cotilla) y evita hablar de los aspectos negativos en la primera cita.
Problema 3. ¿SMS o no, ésa es la cuestión?
La duda: ¿han pasado unos días y no te ha llamado? La incertidumbre nos reconcome y se plantea el eterno dilema tras una primera cita: hacernos las duras y no llamar o salir de dudas y mandarle un SMS o hacer una llamada. Pero ahí están nuestros miedos: dar la imagen de que estamos desesperadas, parecer pesadas o, más duro aún, sentirnos rechazadas.
El consejo: La clave está en tener confianza en ti misma y no obsesionarse con el chico en cuestión tras una primera cita. Si tienes la necesidad de saber qué pasa ¡Llámale! Y si sale mal... pues ya lo dice el refrán: "Más vale ponerse roja un minúto que quedarse morada durante días".
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