Anecdotas de un Hombre que ama de verdad
Al tenerla sentada frente a mí, observe nuevamente su bello rostro, sus rosados labios y su hermosa cabellera mientras me hablaba, y fue un momento que se prolongo de forma indefinida, hasta parecer eterno. De pronto, y de manera casi inconsciente, abrí los labios y pronuncie aquellas palabras que hace tanto tiempo tenia reprimidas dentro de mí ser. -TE AMO.
Ella sucumbió ante tal declaración, e inmediatamente enmudeció. El silencio pareció invadir todo el lugar donde nos encontrábamos mientras una mezcla de sorpresa e incertidumbre inundaba su mente.
Yo permanecía aun en silencio tratando de poder hilar las ideas para continuar mi confesión, pero el cerebro parecía no responder mientras mi corazón estaba a punto de atravesarme el pecho. Luego de unos interminables segundos finalmente pude pronunciar palabra, y comencé a describirle la totalidad de sentimientos que sentía por ella, le conté sobre las noches que pase pensando en ella, y las veces que imaginé el momento en el cual finalmente podría contarle todo esto que ahora le estaba confesando.
Vale decir que en ningún momento, ni siquiera en lo más profundo de mi psiquis imagine que se lo diría de la forma de la cual lo estaba haciendo. Pero eso ahora ya no importaba.
Ella me escuchaba atenta, como absorta por la intensidad de mis palabras, y mientras tanto yo intentaba esconder mi nerviosismo que de igual modo se hacia palpable en mi quebrada voz. Mi mente estaba en blanco, mi cerebro parecía inerte, pero mis labios no se detenían. Ellos fueron los encargados de expresar todo aquello que mi corazón sentía, todo ese amor e incluso idolatría que por ella profesaba. Aquellas palabras que mis labios pronunciaban provenían directamente del corazón.
Luego de unos minutos de un monologo intenso, finalmente decidí callar, y esperar por una respuesta. Pero el silencio que se produjo se alargo más de lo pensado, al menos así lo percibí yo. En ese mismo instante sentí que mi corazón se detenía por completo, petrificado por la idea de que todo aquello que hace segundos había expresado no sea del todo correspondido.
Mas cuando ella me miro fijamente a los ojos, notando seguramente aquellos lagrimones que mis ser no podía reprimir, con una voz suave y también algo quebrada me dijo, - YO TAMBIEN TE AMO.
El dulce sonido de su voz llegó a mis oídos, y mi cerebro pareció encenderse, y mi corazón pareció saltar de tanto gozo y alegría. Parecía no comprender todavía que finalmente había encontrado el Amor en esta vida.
Fue el sentir mis labios rozando los de ella, el unirnos en un apasionado beso, lo que finalmente produjo que todos aquellos miedos desaparecieran y dieran lugar a una inmensa algarabía, ahora me encuentro feliz a lado de ella, pasaron 5 años, tenemos 2 hermosos hijos y aun sigo sintiendo esas mariposas en el estomago cuando nos besamos, mejor dicho aun lo sigo amando intensamente desde el primer beso.
Atentamente;
Paul Emerson
Ella sucumbió ante tal declaración, e inmediatamente enmudeció. El silencio pareció invadir todo el lugar donde nos encontrábamos mientras una mezcla de sorpresa e incertidumbre inundaba su mente.
Yo permanecía aun en silencio tratando de poder hilar las ideas para continuar mi confesión, pero el cerebro parecía no responder mientras mi corazón estaba a punto de atravesarme el pecho. Luego de unos interminables segundos finalmente pude pronunciar palabra, y comencé a describirle la totalidad de sentimientos que sentía por ella, le conté sobre las noches que pase pensando en ella, y las veces que imaginé el momento en el cual finalmente podría contarle todo esto que ahora le estaba confesando.
Vale decir que en ningún momento, ni siquiera en lo más profundo de mi psiquis imagine que se lo diría de la forma de la cual lo estaba haciendo. Pero eso ahora ya no importaba.
Ella me escuchaba atenta, como absorta por la intensidad de mis palabras, y mientras tanto yo intentaba esconder mi nerviosismo que de igual modo se hacia palpable en mi quebrada voz. Mi mente estaba en blanco, mi cerebro parecía inerte, pero mis labios no se detenían. Ellos fueron los encargados de expresar todo aquello que mi corazón sentía, todo ese amor e incluso idolatría que por ella profesaba. Aquellas palabras que mis labios pronunciaban provenían directamente del corazón.
Luego de unos minutos de un monologo intenso, finalmente decidí callar, y esperar por una respuesta. Pero el silencio que se produjo se alargo más de lo pensado, al menos así lo percibí yo. En ese mismo instante sentí que mi corazón se detenía por completo, petrificado por la idea de que todo aquello que hace segundos había expresado no sea del todo correspondido.
Mas cuando ella me miro fijamente a los ojos, notando seguramente aquellos lagrimones que mis ser no podía reprimir, con una voz suave y también algo quebrada me dijo, - YO TAMBIEN TE AMO.
El dulce sonido de su voz llegó a mis oídos, y mi cerebro pareció encenderse, y mi corazón pareció saltar de tanto gozo y alegría. Parecía no comprender todavía que finalmente había encontrado el Amor en esta vida.
Fue el sentir mis labios rozando los de ella, el unirnos en un apasionado beso, lo que finalmente produjo que todos aquellos miedos desaparecieran y dieran lugar a una inmensa algarabía, ahora me encuentro feliz a lado de ella, pasaron 5 años, tenemos 2 hermosos hijos y aun sigo sintiendo esas mariposas en el estomago cuando nos besamos, mejor dicho aun lo sigo amando intensamente desde el primer beso.
Atentamente;
Paul Emerson
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