Poesias ::: Día de la Madre ::.

A MI MADRE
Era una figura santa.
Era hecha de cristal:
frágil como violeta y que guardaba un rosal,
cuajado de flores blancas.

Es una imagen sagrada que adorna mi corazón,
y florece mi emoción.
Era un botón de mujer.
Violeta de vergel,
sembraba el hogar de rosas.
 
Cual heroína ardorosa
esparció a todos su fe
y nos enseñó a creer.
Esta es mi madre bendita
a quien ofrezco caricias
y este sencillo cantar.
 
Nunca la podré olvidar
Porque me enseñó a aprender,
porque me enseñó a querer,
porque me enseñó a rezar
y también me enseñó a amar
 
Fue frágil como un cristal,
y fuerte como un coral.


VEN MADRE A DESCANZAR
Ven, madre, a descansar de todos tus trabajos
hasta el jardín umbroso que cultivo en mis sueños,
a la luz de luciérnagas y áureos escarabajos
y la mágica ayuda de esos seres pequeños,
los gnomos, que se visten con trajes escarlata
y brotan cuando alumbran las primeras estrellas,
que usan zapatitos con hebillas de plata
sin dejar en el musgo la marca de sus huellas.

Cantarán para ti la cigarra y el grillo,
ocultos entre hiedras, glicinas o jazmines.
Y con las hojas muertas haremos un castillo
con muros almenados en oro y amarillo,
hasta que se deshaga por sobre los jardines
(en tanto la cabeza sobre mi hombro inclines)


MADRE
Madre,
¿quién conoce su valor
hasta que se pierde?
 
Madre,
Preciosas letras que,
Percibiendo el cariño y ternura,
Balbucea el bebé.
 
Madre,
Tú siempre ahí,
Tus desvelos,
Tus angustias,
Tus noches de insomnio
Parecieran cobrar el precio
De los días de ensueño,
Pero tu amor sin límites
No pone tiempo al sufrimiento.
 
Madre,
Siempre dispuesta,
Siempre amante,
Un apoyo constante,
Cerca y lejos,
Siempre al alcance.

Madre,
Un año más ha pasado
Y en tu rostro se dibujan
Los primeros surcos de la edad,
Pero esos te hacen aún más bella,
Pues el tiempo no pasa
En tu entereza,
En tu corazón siempre amante
Y en tu capacidad de entrega.

Gracias madre, por estar a mi lado,
Gracias madre, por darme todo en tu persona,
Gracias madre, por tu amor constante,
Gracias madre, por tu presencia invariable,
Gracias madre, siempre amiga, siempre amante.


MADRE CUANDO TU NO ESTAS 
Regaré con mis lágrimas ¡oh madre! el jardín 
de la casa y del patio los malvones; 
será cuando palpiten tu ausencia los geranios
 y lloren las gardenias
 y emitan su delicado aroma
 las hortensias y el Jazmín
 
Flor y tallo se acuclillarán sobre la gramilla 
en un pésame de marzo 
y llorarán las margaritas en abril 
y florecerá el lirio junto con el nardo 
y tú ¡madre!… ¡tú estarás allí!
 
Regaré con mis lágrimas ¡oh madre! el jardín 
de la casa y del patio los malvones; 
será cuando palpiten tu ausencia los geranios 
y lloren las gardenias 
y emitan su delicado aroma 
las hortensias y el Jazmín
 
La rosa acostumbrada a tus caricias
 y al poema de tus manos 
no se enamorará jamás de otros dedos 
y en una eterna despedida 
vistiendo un tul de terciopelo 
exudará su néctar más amargo 
dejando en él aprisionado tu recuerdo
 
Y renovará sus pétalos cada primavera 
¡oh madre! 
y multiplicará sus espinas
(porque el dolor es parte de la vida)
y será la reina de las flores
¡la más bella del jardín!
y lo hará por ti ¡oh madre!
y lo hará por ti
 
Y el vocero del rocío
en una madrugada ya anunciada
proclamará que tú te has ido
pero el jardín lo negará
¡porque tú serás la rosa!

Regaré con mis lágrimas ¡oh madre! el jardín
de la casa y del patio los malvones;
será cuando palpiten tu ausencia los geranios
y lloren las gardenias
y emitan su delicado aroma
las hortensias y el Jazmín

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